El Centro, sinónimo de tradición

Durante el siglo XX  las actividades económicas empezaron a diversificarse con la venta de productos extraídos de la tierra para la construcción, la llegada de procesos industriales  y la búsqueda de la modernización de la ciudad. En el Centro no faltaban los talleres en donde se elaboraban pequeñas prácticas de industria tradicional a partir de  métodos artesanales y sin ser 100% automatizados como: la fabricación de instrumentos, alimentos y elementos para la cocina a partir del barro negro; los nuevos establecimientos dieron paso a nuevos oficios.

Llego a la estación Las Aguas a eso de las 12:30 pm con el cielo bastante nublado y algunas gotas de lluvia cayendo y golpeándose en el suelo, bajo por la Plaza de los Periodistas, luego tomo la calle 12 y subo hasta la carrera 2, me adentro por el camino empedrado, ese callejón que es la antesala para llegar al Chorro de Quevedo, buscando algún lugar en donde pueda acampar un rato fuera de la lluvia.

Durante 14 años Isabel y Mercedes Bulla han tenido su negocio familiar en La Candelaria allí, han vivido también ellas toda la vida junto con sus hijos e hijas. Aprendieron a hacer chicha luego de que una tía Abuela y otra tía por parte de papá,quienes cocinaban en su casa, les enseñara el oficio. A partir de la importancia de la chicha dentro de la cultura tradicional cachaca, ellas decidieron abrir un local para recibir a estudiantes y extranjeros. Como las Bulla muchas familias tienen también en este lugar sus negocios de chicha.

La chicha es una bebida tradicional que se hace a base de maíz, éste se muele y se cocina con panela y agua, cuando la preparación alcanza el punto de ebullición se le adiciona harina de maíz y se deja hervir, finalmente, se fermenta con la cáscara de piña los días que se quieran hasta que alcance el sabor que se desea, entre más días de fermentación mayor será el grado de alcohol y su sabor, explica Tatiana Manrique hija y sobrina de las Bulla.